El siguiente artículo fue escrito por Mariela Alejandra Mazza en el marco de las actividades propuestas por el Seminario de Periodismo de Danza O
Con una perfomance de especial conformación escénica, se presenta Bitnus los sábados a las 20.30 en el Centro Cultural Borges. El despliegue actoral de Carla Pezé Di Carlo, bajo la dirección de Magy Ganiko, recrea un universo fantástico de entrecruzamiento ficticio entre la palabra y el cuerpo.
Fotografía / Gentileza de prensa
La puesta en escena pone de manifiesto un contexto poético donde la representación actoral y dancística son de efectiva destreza exegética. De aquí que la expectación tensa del público resulta de la interpelación semántica de cada elemento interpretativo, ya que Bitnus, inspirada en el libro del mismo nombre (Luz Pearson)se encuentra repleta de elementos significativos tales como la evocación continua del Fauno, ser mitológico caracterizado por su lascivia.
A saber, el Fauno se vuelve su alter ego: Cuando no amo, me obedezco. Pero en el límite del deseo y la voluptuosa sexualidad, ella ama con una fragilidad manifiesta. Le urge el amor y en aquel verbocentrismo se estructura la visión empática del espectador como efecto ilusorio del amor real. La lógica performativa eficaz de la obra opera con habilidad a través de nuestros cuerpos.
También es importante destacar cómo el sonido es movimiento y crea un espacio ficticio en la puesta de Ganiko. La ilusión audiovisual produce un sonido como valor añadido, en cuyo sincretismo de imagen y sonido, se revela el nivel más primitivo de eros. Así, el abismo erótico del cuerpo en la poesía pagana de Bitnus invita a la interiorización de emociones varias, para atravesar heróicamente el origen del amor. Porque tal introspección sensorial interpela cuestiones acerca de la idea de mujer en sus relaciones amorosas y en el contexto social actual.
La sociedad contemporánea necesita de modificaciones en los valores. En efecto, y siguiendo al pensador Cornelius Castoriadis en su libro Ventana al caos, “estos valores no son dados por una instancia externa, ni descubiertos por la sociedad en sus yacimientos naturales o en el cielo de la Razón. Son creados por cada sociedad considerada, como núcleos de su institución, referencias últimas e irreductibles de la significancia, polos de orientación del hacer y del representar sociales”.
Desde esta perspectiva, la cultura asume representaciones de su funcionamiento y advierte nuevas disposiciones valorativas entre los actores sociales que conforman la interpretación de Bitnus, como ventana al mundo, para la asunción de la palabra y el deseo femenino.
Fuente: http://danzaycomunicacion.blogspot.com/2018/10/bitnus.html