¿Qué sentimos cuando nos enamoramos? Mejor dicho ¿qué es el amor?. “Bitnus”, la propuesta teatral altamente performática, de la dramaturga y poeta argentina Luz Pearson, con puesta en escena de Magy Ganiko, nos llevará a comprender o al menos a acercarnos al mundo femenino, ese mundo recreado por miles de artistas, a través de los tiempos y tan difícil de comprender. El goce femenino, el amor femenino, como dos caras separadas de un sentimiento a interpretar. Santa o puta, amada o gozada: como diferentes aristas de la protagonista.

Una mujer joven interpretada por la excelente actriz Carla Pezé Di Carlo, nos llevará a sentir, a gozar y a sufrir en el cuerpo de esta dama que por momentos es salvaje y por momentos es frágil. Y nos demuestra que el amor y la pasión vulneran, aún a las fieras más difíciles de domar. Esta mujer, tiene una relación virtual con un hombre, seductor, independiente. Esta relación se basa en un vínculo sexual a distancia. Las palabras les sirven a ambos como medio de seducción, de acción, de pasión, creando las más profundas escenas de intimidad, más que la de los propios cuerpos entrelazados.

La comunicación como un arma de doble filo, los lleva a sentirse íntimos, esa pasión, ese fuego desmedido creado por ambos en el ámbito de lo virtual, también los condenará al vacío. “Bitnus” es el alter-ego de esta joven mujer, una especie de bestia, mezcla de animal con ser mitológico, creado para su autodefensa. Cuando “Bitnus” aparece en ella, la protege de amar y convoca la presencia de su Fauno: “Si deseo Fauno pido Fauno. Cuando no amo, me obedezco”

Con una escenografía futurista, la obra utiliza de manera incómoda los espacios de la sala, quizá para sentir la misma incomodidad que pueden sentir los protagonistas en sus vidas diarias, moverse para encontrar el lugar que los satisfaga. La musicalidad, la luz tenue, el uso del cuerpo como principal figura de comunicación dentro de la escena, nos lleva a la pasión, al delirio, a la tristeza, al vacío, desconsuelo y por último a la resignación.

La metáfora que desde el inicio pregunta “Fauno” se refiere a si está ella conectada. El “Fauno” le pregunta siempre ¿estás ahí?. Pero no sabemos si en realidad la busca a ella o a su propia idealización de esa mujer. Entonces nos retumbará en la cabeza pensar a qué refiere esa conexión, a una real o una imaginaria presencia. ¿Queremos encontrarnos con los otros o queremos gozar con nuestro propio goce? ¿Ella buscará el amor real?

¿Romperá la conexión virtual? Una obra más que interesante en estos tiempos de amor líquido y de “Amores 2.0”

Fuente: https://spectavi.wordpress.com/2018/09/07/bitnus/