Sansaru, literalmente del japonés: “tres monos”.
Tres monos son “Kikasaru” (el que no escucha), “Misaru” (el que no ve) y “Iwasaru” (el que no habla).
¿Que significa evolución? ¿Qué significa el ser animal? ¿Es negativa la parte animal del hombre? O, justamente, es por habernos alejado de nuestros ancestros que seguimos destruyendo este hermoso hábitat que es la tierra.
El ser humano se convierte en el animal más depredador del planeta: no escucha, no ve, y se queda mudo, ante su propio canibalismo devorando insaciablemente el cuerpo de la madre Tierra.
SanSaru replantea la condición humana y animal, y se interroga sobre el significado de la evolución, que ubica a la raza humana en una esfera superior al resto de las especies.
“Aunque el mono se vista de seda…..”, podemos invertir el sentido de la frase y decir con devastadora modernidad: “Aunque el hombre se vista de seda….”, porque hoy el ser-humano parece encontrarse un escalafón por debajo del simio, prepotente, ciego, sordo, y mudo de sabiduría, haría bien mejor de saltar de liana en liana, que abatir un árbol tras otro.
Tres hombres en escena se confrontan a sus propios espejos; creyéndose humanos actúan como monos, creyéndose monos finalmente parecen humanos. La metamorfosis corporal no indica ya al hombre erecto como el punto máximo en la escala evolutiva.
Intérpretes: Lucas Maíz, José Campitelli, Félix Torre
Vestuario: Mercedes Piñero
Diseño de luces: Giorgio Zamboni
Dramaturgia: Magy Ganiko
Coreografía y Dirección: Magy Ganiko
Estreno: 2017